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EL BOCIGANO

CULTURA POPULAR, LEYENDAS, FOLKLORE

LAS FIESTAS DE EL BOCÍGANO

LAS FIESTAS DE EL BOCÍGANO

En éste pueblo serrano escondido entre los bosques de roble y ríos y peñas, se celebra todos los años una de las fiestas patronales más interesantes y llenas de magia, tradición. Su nombre popular es "LA MACHADA".

Tradicionalmente, la fiesta y rito se celebraban siempre el día de San Miguel, 29 de septiembre; pero cuando el número de habitantes del pueblo comenzó a verse muy reducido, los vecinos del pueblo, seguramente reunidos en consejo, decidieron mover la celebración de la fiesta al último o penúltimo domingo del mes de agosto para que todos los del pueblo que no pueden vivir en él, puedan acudir a la fiesta sin problemas por el sabido motivo de que los vecinos que emigraron para trabajar, es difícil que pudiesen acudir los 29 de septiembre si caía en día laboral.

La fiesta de San Miguel tiene su parte religiosa y también una parte ritual, de varios siglos de antigüedad. A éste rito es al que realmente se conoce con el nombre de "Machada". La fiesta es preparada cuidadosamente y con ilusión por los vecinos, quienes se disponen para la celebración que durará dos días y una noche entera. En éste tiempo el pueblo vive momentos muy alegres, antiguamente por ser unos días de simpatía y fiesta y hoy en día, además de por eso, por el motivo de que es cuando más gente concurre el pueblo, llenándolo de vida.

Los protagonistas activos del rito de la Machada son:

Los machos: son los mozos del pueblo que se visten con unos chalecos de cuero y una correa con un cencerro colgando.

El mayoral: es el mozo de mayor edad o un hombre adulto que va con una vara larga de palo y con un chaleco de cuero.

El zagal: un mozo o muchacho que lleva una vara más corta que la del mayoral

 

OTRAS FIESTAS DE EL BOCIGANO

La ausencia de la mayoría de la gente durante el invierno, hace que ya no se celebren las varias fiestas que se hacían a lo largo de ésta temporada en Bocígano, quedando como única que se celebra, la Machada, que es una fiesta veraniega. Pero las otras fiestas de Bocígano eran también muy bonitas e interesantes y serán descritas en artículos posteriores.


LA MACHADA

LA MACHADA

(Según la descripción de J. Ramón López de Los Mozos en 1985):

En el primer día se celebra el antiquísimo rito de las hogueras. Para ello, el mayoral da órdenes a los machos para que vayan a por leña al monte. Estos la apilan en el centro de la plaza del pueblo, para hacer después una hoguera. Se prepara también en la plaza una limonada.

Una vez encendida la hoguera, los machos se colocan en fila, agarrándose cada uno a la correa del de delante. Entonces, el mayoral da una orden con la vara y se coloca delante de ellos. El zagal lo hace detrás.

Inmediatamente después, la fila de mozos comienza a dar alocadas carreras por toda la plaza del pueblo, a la manera de un látigo serpenteante. Las carreras se hacen con mucha fuerza y si alguien osa cruzarse por entre los machos, se lo llevan por delante sin remedio.

El mayoral sigue dirigiendo a los machos. Los hace correr para acá y para allá, de un lado a otro, permaneciendo éstos siempre agarrados entre sí de las correas. El resto del público lo observa desde los rincones de la plaza.

Llegado un momento, los machos, a una orden del mayoral, comienzan a dar espectaculares saltos por encima de la hoguera.

Pasado un tiempo, la cadena se detiene bruscamente para descansar. Entonces, el zagal y el mayoral comienzan a tirar de la cadena de machos cada uno de un extremo, en sentido contrario y con mucha fuerza. Se produce una situación tensa, pues ninguno de los machos debe soltarse, de lo contrario el mayoral les castiga.

De repente, el mayoral alza su larga vara y golpea el suelo ¡pum!. En ese momento, los machos se tiran al suelo rendidos de cansancio.

Entonces, sale una persona de entre el público con una bota de vino en la mano y se lo ofrece a los machos, que beben para reponer fuerzas. Luego, se levantan de nuevo y continúan dando vueltas a la plaza. Estas carreras reciben el nombre de QUIEBROS Y REQUIEBROS.

Por la noche, a la lumbre de la hoguera, se procede a una simulación de "herrar" a los machos, como si fuesen cabezas de ganado.

Esa noche, los machos tradicionalmente duermen todos en una misma casa, aunque han de preparar los ingredientes de las populares "migas" para el día siguiente.

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El segundo día, se celebra la Misa Mayor. Los feligreses llenan la iglesia. Al finalizar la misa, se hace una procesión en la que se sacan en andas las imágenes de San Miguel Arcángel y Nuestra Señora la Blanca, patrones del pueblo. Durante el acto, salen niños disfrazados de cabezudos y se bailan jotas antiguas al son de dulzainas o flautillas[1], delante de las imágenes.

Mientras tanto, los machos van por todas las casas del pueblo pidiendo a los vecinos carne, chorizo, adobo y otros productos de la matanza que les dan. Se dice que hace siglos, en lugar de pedirlo, los machos "robaban" la carne en la casa de sus novias.

Cuando la procesión finaliza, las imágenes quedan detenidas frente a la puerta de la iglesia. Entonces se subastan las andas sobre las que están colocadas, produciéndose una fuerte puja por llevar adentro a San Miguel y a Ntra. Sra. la Blanca. En caso de que el público se haga el remolón para ofrecer dinero, a las imágenes se las hace dar un paso más hacia la puerta y así sucesivamente hasta que el público se anime más.

Después de guardadas las imágenes en la iglesia, los vecinos acuden a la plaza, allí les espera una gran sartén ó perola con las exquisitas migas serranas con su pan, chorizo, tocino y pimentón, que han sido cocinadas allí mismo.

Las migas se reparten entre todo el público, pero para que la gente no se arremoline demasiado ni se apelotone junto al recipiente de las migas, los machos hacen de nuevo un QUIEBRO y se colocan en círculo formando una muralla alrededor de la sartén, quedando en el centro del círculo únicamente las personas que reparten las migas.

Ese día, los machos comen juntos reunidos en una casa a base de los chorizos y carne que pidieron anteriormente por las viviendas del pueblo. A ésta comida se la conoce como "La Caldereta".

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La Excma. Diputación Provincial de Guadalajara declaró a las fiestas de Bocígano como fiestas de INTERES TURISTICO PROVINCIAL a finales de la década de 1980[2] .

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Los posibles orígenes de La Machada

El rito de La Machada tiene unas características que hacen pensar en que procede de celebraciones relacionadas con la transhumancia, pues las figuras (el mayoral, el zagal, etc.) que participan en él son claramente características del tradicional pastoreo transhumante realizado durante siglos.

El origen se pierde en la noche de los tiempos, pero no hay más que ver los quiebros y requiebros de los machos para ver un paralelismo con el ganado, y sobre todo el "herraje"; también al ver al mayoral conduciendo a los machos y al zagal, como si de ganado se tratase y cuando por un fallo se caen al suelo (paralelismo con un hipotético escape de algún animal ó recostamiento), el mayoral les vapulea ligeramente con la vara. Todo es un reflejo de las vicisitudes que viven los pastores transhumantes en sus viajes con el ganado.

TRAJE QUE SE USA EN LA FIESTA DE "LA MACHADA"

Tradicionalmente, el traje usado en La Machada (muy similar al típico ordinario) era así:

Cabeza: Un pañuelo atado con el nudo en la nuca. El pañuelo tapa sólo la frente.

Cuerpo: Una blusa, chaleco o chaquetilla de cuero, calzón de cuero.

Piernas y pies: Medias y las albarcas de piel de toro.

Accesorios: Una correa muy ancha puesta "en bandolera", que se abrocha con una enorme hebilla redonda que parece un rosetón. De la correa pende un gran cencerro o varios, y también, en el caso del mayoral, varias campanillas. Este traje lo llevan hasta los niños más pequeños.

Transformación del traje:

En los últimos años, el traje de la machada, no se viene usando en la forma completa descrita antes, sino que las albarcas se han sustituido por botas militares, chirucas y playeros y los calzones de cuero y medias por pantalones vaqueros "blue jeans", debido a su resistencia. En el tobillo suelen llevar una especie de tobillera muy larga de cuero.

Lo que conservan realmente típico es el chaleco y la correa. Algunos chalecos de los hoy utilizados son nuevos. Otros son muy antiguos, que se han pasado de generación a generación.

Como anécdota, decir que el pañuelo de la frente, llevaba antiguamente como adorno una manchita de sangre. Seguramente ésta mancha tenía algún significado, pero hoy se desconoce.



[1] Los músicos que acuden a tocar hoy dia son de Segovia.

[2] Existen serios y amplios estudios de ésta fiesta, hechos por J. Ramón López, de los Mozos. Ver su libro de "Folklore en la Provincia de Guadalajara".

LOS PEDROS

Así se llamaba ésta fiesta que contaba con la participación de muchos habitantes del pueblo. Se hacía por San Antón, sobre el 17 de enero.

"Los Pedros" era como se llamaba al acto de mantear por el aire a los mozos y mozas del pueblo.

Era un divertido jolgorio por las calles de Bocígano, en el que pandillas de chicos perseguían a las chicas corriendo y las manteaban; y viceversa; pandas de chicas perseguían a los chicos y los manteaban también.

El "misterio" del juego, aparte de pasártelo muy bien, era procurar que no fueras el primero/a ó el último/a a quien mantearan, porque entonces, te cantaban una estrofa que decía:

"Pedro Vicente Carrillo

pum, pum, pum,

una gallina con pollos

y que te lleven los demonios"

Así se pasaban varios días de carreras y manteos por el pueblo, hasta que no quedaba ningún mozo ni moza sin mantear. La fiesta de Los Pedros terminaba entonces, pero si antes de terminar de mantear a todos, llegaba el Martes de Carnaval, la fiesta cesaba hasta el año siguiente. Ese martes se hacía en Bocígano el popular y universal entierro de la sardina.

LA BROMA

Allá, por la Candelaria, en el mes de febrero, se hacía en el pueblo lo que se llamaba "La broma".

Consistía esta fiestecilla, protagonizada por los niños, en que éstos iban recorriendo las casas pidiendo huevos y otros alimentos. Luego, se hacía un guiso para todos, que solía ser por lo general, patatas con bacalao en las se escalfaban dichos huevos.

FIESTA DE SANTA ÁGUEDA

FIESTA DE SANTA ÁGUEDA

En el día dedicado a Santa Águeda, se hacía otra fiesta, protagonizada de nuevo por los mozos. Consistía ésta fiesta principalmente en un baile celebrado en la plaza.

Para participar en ella, cada mozo debía de pagar una "entrada" especial para poder divertirse y bailar, porque sino, los otros no les dejaban. La fiesta tenía un aliciente especial: durante toda la noche debían estar sonando las campanas de la iglesia del pueblo. Entonces, unos mozos, con su "entrada", subían a la torre y tocaban las campanas y otros abajo bailaban. A lo largo de la noche, todos se iban turnando para las dos tareas.

Téngase en cuenta que la luz llegó a Bocígano en 1982, por tanto, todas las fiestas nocturnas hasta ésta fecha, se han hecho a la luz de fogatas, teas y la propia luna.

LA OFRENDA DE LAS ROSQUILLAS

Ésta tradición que se hacía el día del Cristo ó de la Santísima Trinidad. En éste día, las chicas del pueblo ofrecían a los mozos unas rosquillas que se fabricaban con harina y clara de huevo.

TRAJES TÍPICOS DE EL BOCÍGANO

TRAJES TÍPICOS DE EL BOCÍGANO

El traje típico de Bocígano según parece era fuerte, rudo, funcional y adecuado para las condiciones de clima y trabajo de éstas latitudes.

Nadie usa ya hoy el traje, pues se dejó de utilizar hacia la década de 1920 ni al parecer se conservan fotografías antiguas de personas vestidas con él, aunque en la forma de vestirse de algún que otro lugareño para las labores del campo, aún se ven ciertos resquicios que recuerdan a la forma en que se llevaban los trajes típicos, por ejemplo, en la forma de remangarse los pantalones y atarlos con cuerdecillas al tobillo, dejando una especie de campana colgando sobre el mismo.

El traje típico, según parece era similar al que se usa en La Machada, aunque sin los cencerros de adorno ni las correas, por lo que se puede decir que el traje tradicional del pueblo sobrevive hoy en día gracias a la mencionada fiesta. En ella se vuelven a ver en uso los tradicionales chalecos de cuero de Bocígano, con algunos curiosos y antiquísimos dibujos bordados.

Atendiendo a las descripciones orales que me contaron los habitantes del pueblo y también viendo la fotografía de un pastor del cercano pueblo de Campillo de Ranas, que un día, en el año 1993 llevaba un sorprendente y auténtico traje típico mientras apacentaba su rebaño, me ha servido para hacer una reconstrucción de lo que sería el traje típico de Bocígano, que se supone fuese similar o muy parecido en todos los pueblos de la comarca, aunque sobre todo he basado la reconstrucción en lo contado por los vecinos ancianos que recordaban haber visto cuando eran niños aquellos trajes en El Bocígano y que se usaron hasta la primera mitad del siglo XX. Eran así:

Traje del Hombre:

En los pies, unas albarcas hechas todas ellas, de piel de toro. En los tobillos, unas medias caladas blancas ó bien unos "peales de lona". Unos calzones de cuero hasta la rodilla, con botonadura y finalmente, sobre el cuerpo una blusa y encima de ella el chaleco de cuero o una especie de chaquetilla con botonadura hasta la mitad del pecho, muy curiosa, hecha del mismo material.

Sobre la cabeza iría un sombrero tipo "chambergo" de ala ancha con la copa redonda ó cónica.

En lo referente al calzado, aparte de las albarcas de piel de toro, otras llamadas de "codrío". Y para la nieve y el frío, se ponían unos pellejos de oveja atados a los pies.

Según los vecinos que lo recuerdan "ya podías pisar en medio de un arroyo, que con todo lo que se ponían en los pies para el frío, no te tocaba ni una gota de agua".

Complementos al traje:

Los pastores utilizaban además, unos zurrones de cuero muy grueso, y correas también del mismo material.

Solían y aún lo hacen, llevar alforjas o una manta al hombro para cuando salen con el ganado.

En la mano, se suele llevar un gran garrote de los que se fabrican calentando un palo y doblándolo, cortando luego una parte sobrante. También usaban un palo largo ó cayado, igual al que usan los mayorales en "La Machada".

Traje de la mujer:

El traje típico de las mujeres de Bocígano era sencillo, alejado de la vistosa apariencia de los historiados trajes de gala de otras regiones.

Se llevaban faldas de las corrientes en cada época, con sus refajos y pololos. También dependiendo de la época del año, se podían llevar medias de lana.

Luego una chambra o blusa sobre la cual podía ir una toquilla de lana. Gran parte de las prendas se hacían en el propio pueblo.

Sobre la cabeza, se llevaba un pañuelo de colores o negro, dependiendo si era joven o mayor la mujer.

El peinado:

Consistía en una larga trenza que luego se enrollaba en forma de moño de caracola detrás, sujeto con horquillas.

El calzado:

Las mujeres solían usar albarcas.

LA HISTORIA DE LA LAGARTIJA O SALAMANQUESA

LA HISTORIA DE LA LAGARTIJA O SALAMANQUESA

Esta es la leyenda por excelencia de El Bocígano y es de las historias más curiosas y enigmáticas que se cuentan en el pueblo y también en otras localidades cercanas.

Sentémonos junto a la lumbre de una cocina mientras se hace la cena, y escuchemos ésta historia, de las muchas que nacen de entre los riscos y el matorral y que a través de los tiempos nos han llegado de boca de los pastores y gente del lugar, que han ido contándolas de padres a hijos y de abuelos a nietos. Dice así:

"Había un pueblo al norte de Bocígano. Un día se celebraba la boda de una moza con un joven, ambos del pueblo. Después de la boda se festejó un banquete al que fueron invitados todos los habitantes del pueblo.

Cuando estaban comiendo todos, se descubrió que había caído en la olla de la comida una salamanquesa o lagartija.

Entonces, se dice que los habitantes se infectaron y así se despobló aquel pueblo, excepto algunos supervivientes que se fueron de allí y fundaron un poco más abajo El Bocígano."

Aparentemente, ésta historia es muy sencilla de entender, pero si se empieza a investigar en ella, surgen muchas preguntas e incógnitas. Lo más chocante es que ésta historia no sólo se cuenta en Bocígano, sino en muchos pueblos a varios kilómetros a la redonda.

La historia de la lagartija también se oye en varios pueblos de inmediata sierra de Madrid: Madarcos, Mangirón, Robledillo de la Jara y Montejo de la Sierra.

En Madarcos se dice que había un pueblo llamado La Nava, que se despobló porque sus habitantes descubrieron que en la comida y bebida preparada para el banquete de una boda habían caído varias lagartijas venenosas y los vecinos aborrecieron y abandonaron La Nava.

En Mangirón se dice que al lado había un pueblo llamado Santillana que se despobló al morirse sus habitantes por caer una salamanquesa en el agua de la fuente que bebieron en una boda.

En Robledillo de la Jara se cuenta que había una aldea llamada El Villar que se despobló a causa de que en el día de la boda de la hija del más rico del pueblo cayó una lagartija en la olla y habiendo sido todos los vecinos convidados al banquete, salieron todos infectados.

En Montejo de la Sierra se dice que alrededor de la ermita de Nuestra Sra. de Nazaret había una aldea llamada Naznil o Nacerní y que desapareció también al caer una salamanquesa en la comida de una boda.

También se cuenta ésta historia en varios caseríos de la comarca de Buitrago de Lozoya;[1] y unos kilómetros al este, saltando unos cuantos montes llegamos a nuestro Bocígano en donde se cuenta lo mismo.

Es decir, que un gran número de pueblos de la sierra tiene como propia de la historia de la salamanquesa; todos dicen lo mismo. Hay quien dice que es cuento de viejas o leyenda totalmente fantástica, otros la defienden como totalmente real. Lo cierto es que, de haber ocurrido, ¿cuándo y dónde fue? ¿cómo se extendió por tantos sitios ésta leyenda? ¿es justificación de los que no saben para explicar la despoblación de algunas aldeas?, o por el contrario, los supervivientes del sorprendente episodio de las lagartijas se marcharon a varios pueblos de la comarca y lo contaron cada uno y luego la gente lo interpretó a su manera. Recordemos que en toda leyenda hay una parte de verdad.

Ya hemos visto que en ésos pueblos de la sierra de Madrid como son Madarcos, Mangirón, etc., atribuían la despoblación por el envenenamiento a otra aldeilla cercana y aneja a ellos. En Bocígano también se cuenta de forma similar. Las versiones que se dan allí es que los pueblos "infestados" por la salamanquesa eran Bustar o la Hiruela Vieja, aunque la mayoría dice que seguramente fue Bustar.

Bustar desapareció a fines del siglo XVIII, en cuyo caso la historia tuvo que suceder entonces. Pero en los pueblos que he mencionado antes, la historia dicen que pudo ser hacia el siglo XVI o XVII.

Lo verdaderamente cierto es que éstas historias se pierden en la memoria y el tiempo, en el silencio y las piedras del monte. Se las lleva el humo de las chimeneas y de vez en cuando vuelven para sorprendernos de nuevo.

Dejemos que quien quiera investigar sobre éste esperpéntico y curioso suceso, investigue y meta sus brazos en el hoyo negro de los tiempos. Quizá nunca toque el fondo.

Fueron Bustar y la Hiruela Vieja los protagonistas de aquello o fueron otros pueblos más antiguos aún?.



[1] Matías Fernández García: "Buitrago y su Tierra"

GASTRONOMIA Y COMIDAS TÍPICAS

GASTRONOMIA Y COMIDAS TÍPICAS

Las comidas típicas de Bocígano, buenas como todas las de la gastronomía popular española, son comunes a las de la comarca a que pertenece, aunque impregnadas de un carácter propio. Estas son:

- Migas serranas: Elaboradas con el pan troceado en trozos pequeños y vuelto en la sartén acompañado de productos de la matanza, sobre todo tocino, y aderezadas con pimentón.

- Gachas: También en Bocígano se hace ése conocido plato.

- Patatas secas: Se cuecen unas patatas con morcillas. Se comen "secas", sin salsa, aderezadas con pimentón y mezcladas con la morcilla.

- Sopa: Es muchas veces complementaria de las patatas secas, pues se suelen comer juntos éstos dos platos. La sopa se hace con un sofrito de ajo y cebolla. En Bocígano hay tradición por la sopa, pues se suele llamar a sus habitantes "los soperos".

- Caldereta de cordero: Delicioso guiso de cordero con una salsa clara muy buena, que puede ir acompañado de patatas. La caldereta se hace también en las fiestas de La Machada.

- Manteca rancia: La manteca sacada del cerdo se coloca en una teja curva de barro y se cubre con otra teja. Se deja curar al aire serrano y luego se queda con la forma curva de las tejas y al quedar rancia está lista para comer.

- Productos de matanza: Los sabidos y variados productos de la matanza, como el jamón, chorizo, morcillas, etc., curados en un clima óptimo, también son tradicionales en El Bocígano.

- Rosquillas: Se hacían con harina de trigo y clara de huevo. Se realizaban especialmente el día de la Santísima Trinidad.

- Cocido serrano de judías: Este cocido, en lugar de garbanzos lleva judías y se le añade manteca y pimentón.

APODOS DE LOS PUEBLOS

APODOS DE LOS PUEBLOS

Tanto en El Bocígano como en los pueblos de alrededor se dan una serie de apodos o denominaciones para todos los habitantes en general de cada una de las localidades. Ésta es una recopilación de tradiciones, en ningún caso se consideran éstos apodos, ofensivos. Entre unos y otros pueblos, se llaman de la siguiente forma:

- A los de Bocígano se les llama "Soperos"

- A los de Peñalba se les llama "Naberos"

- A los de Colmenar se les llama "Cardadores"

- A los de La Hiruela se les llama "Tarugueros"

-A los de El Cardoso de la Sierra se les llama "Los Brutos"