EL INTERIOR DE LA IGLESIA
Nada más pasar por la puerta vemos una vieja y trabajada cancela de madera a cuarterones, y al cruzar ésta, se abre el interior.
Consta el edificio de tres naves, una central ancha y otras dos laterales más estrechas, separadas de la central por arcos fajones apoyados en sencillos pilares cuadrangulares. Estos arcos y pilares son seguramente de ladrillo. Están totalmente revestidos de yeso y cal. En cuanto al techo, no hay bóveda, sino que es de entramado de madera al que se le puso un cielo raso blanco de cañizo y yeso.
En el presbiterio está el retablo mayor, que hace la forma del ábside cóncava. A los pies está el coro, apoyado en alto sobre vigas de madera, y junto a él, la escalera de la torre. Todo el interior se halla encalado.
Recorriendo el lado "epístola", (mirando al retablo, la derecha), observamos la imagen de San Miguel Arcángel, Patrón del pueblo. Es nueva, tal vez fabricada en la década de 1940.
En el lado "evangelio" (contrario al epístola) está la imagen de Santa María la Blanca, Patrona del pueblo, también nueva. Al fondo está la pila bautismal, en un recinto enrejado, bajo el coro. Es grande, de piedra, ligeramente labrada y en cuyo exterior hay una inscripción que dice que "se hizo la pila y el órgano en el año de 1771".
El pavimento del suelo fue puesto hace pocas décadas y es de baldosas de teja. Por todo el interior hay pequeños cuadros del "Vía Crucis". La mesa del altar, el atril para leer y la silla del sacerdote están hechos de piedra y cemento, imitando el estilo de arquitectura serrana.
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